Territorios 2030
El reto de la desigualdad

En nuestra sociedad se hace patente la prevalencia de las ciudades concentrándose, a escala global, más de la mitad de la población mundial en una ciudad o en un entorno urbano. Nuestro territorio está conformado por una sucesión de ligazones urbanas en torno a la costa y los valles y tras la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 se están generando una serie de cambios en la sociedad y unos desafíos en el territorio, que afectan a la manera de ordenar, planificar y gestionar el territorio y las propias ciudades. Se nos presentan unas metas a alcanzar donde la Arquitectura y el Urbanismo constituyen una valiosa herramienta.

Son varias las metas en la lucha por combatir la desigualdad y una de ellas tiene que ver con promover el envejecimiento activo y la solidaridad intergeneracional, cuestión trascendental para nuestra sociedad y que ha quedado al margen hasta ahora en la definición de los criterios que han marcado la planificación urbana y territorial. ¿Cómo ha influido esta omisión en la desigualdad en el acceso a una vivienda adecuada y a la economía del cuidado? ¿La gentrificación de los espacios tradicionales promueve la desigualdad y la dispersión urbana de la ciudadanía?

La existencia de barrios vulnerables en nuestras ciudades es una realidad. Áreas urbanas donde las condiciones de vida de sus habitantes son sensiblemente peores que las generales de la ciudad donde se ubican. ¿Diferentes grupos sociales implican desigualdad urbana? Uno de los indicadores que determinan el grado de vulnerabilidad es precisamente la concentración de viviendas con carencias materiales y la falta de calidad ambiental del entorno construido. No es lo mismo tener cerca un parque o una biblioteca que  un polígono industrial o una barrera infraestructural. ¿Qué instrumentos desde el urbanismo combatirían las brechas sociales?

La oportunidad que se presenta con los Fondos de Recuperación Next Generation debería conducirnos a políticas de rehabilitación y regeneración urbana de manera más intensiva en estas zonas. ¿Han aumentado los desequilibrios internos en las ciudades? ¿Cómo conseguir ciudades más inclusivas? ¿Cuál es la importancia de invertir en estos ámbitos de pobreza energética en el contexto actual de cambio climático? ¿Cómo afecta esta situación a la población más envejecida? ¿Y a la juventud? ¿Es determinante la perspectiva de género en una planificación urbana contra la desigualdad?

El «efecto barrio» de las zonas vulnerables, que tiende a perpetuar las desigualdades y que dificulta las posibilidades de mejora a las próximas generaciones y a los migrantes, y que son especialmente significativas en los niños, podría aplicarse en cierta manera al ámbito rural, en sus zonas más despobladas y mal comunicadas. Según las recién aprobadas DOT, el 70% de la superficie de la CAPV la componen municipios rurales donde tan solo se aloja el 8% de la población. En Bizkaia tenemos varios enclaves (Encartaciones, Busturialdea-Urdaibai) donde intervenir: «espacios desnudos, semi abandonados, poco poblados y en ocasiones mal conectados» (Rem Koolhaas), tanto en clave de rehabilitación como de nuevas implantaciones.

La amenaza de la despoblación por la poca rentabilidad del trabajo productivo tradicional en estos enclaves es una realidad. ¿Cómo hacer atractivo el medio rural no solo como lugar dormitorio sino como localizaciones con las mismas oportunidades para el desarrollo de un proyecto de vida para todas las personas? La cohesión territorial es esencial para afrontar las desigualdades derivadas de situaciones desfavorables.

¿Cómo enfocar los espacios rurales y la dispersión urbana en clave de sostenibilidad económica, medioambiental y social? El diálogo con las pre-existencias, el aprendizaje de la arquitectura social e informal, pueden dar lugar a cirugías específicas para los nuevos asentamientos en términos de protección del paisaje y la biodiversidad. ¿Cómo establecer un camino de «buenas prácticas» para la gestión sostenible del medio rural hacia paisajes saludables y de calidad?

La reciente generalización del teletrabajo y la oportunidad de la vuelta a lo rural: ¿tiene vocación de permanencia o es una moda efímera? ¿Qué acciones de reactivación se pueden plantear para estos enclaves? ¿Cómo afecta en la desigualdad? La importancia de la perspectiva colaborativa para la contribución a una comunidad de cuidados. ¿Qué alianzas son favorables para aprovechar oportunidades y combatir amenazas? ¿Puede ser una opción repoblar “el territorio vaciado” dando oportunidades a los migrantes para su establecimiento?

Como conclusión, la temática general de la V edición BIA es una cuestión muy relacionada con los asentamientos humanos sostenibles y resilientes (ODS nº11) pero sobre todo con reducir la desigualdad entre los habitantes de diferentes enclaves (ODS nº10) y también, de manera transversal, con temas como proteger la biodiversidad de los territorios y fomentar modalidades de consumo sostenibles.

Queda abierto un escenario de debate donde se ponen sobre la mesa interrogantes sobre la responsabilidad en la planificación de los entornos urbanos y territoriales teniendo en cuenta esas realidades, con un lema general: